miércoles, 26 de octubre de 2011

TALLER "RASTROS Y HUELLAS"

Cosmogonía
Primero fue Agua, señora amable casi siempre y deseosa de ocupar todo espacio vacío.
Después vino Viento, móvil e inestable.
Agua tuvo con quien jugar y crearon sonidos.
Un día Viento le contó a Agua, cuando ya eran casi amigos, que no era infinita. Debajo y después de ella estaba Tierra. Tierra era callada, lenta, poco dada a juegos, casi invisible de puro abundante.
Llegó el día en que discutieron. Agua se retiró, Tierra se secó y Viento decidió que un susto arreglaría las cosas: envió un rayo que provocó Fuego.
Ese recién llegado los asustó. Tenía un gran poder y parecía difícil de controlar.
Decidieron hacer un frente común y hablar con Fuego.
Hicieron un pacto: tendrían partes iguales de poder y se comprometían a no usarlo cuando tuvieran diferencias.
Los cuatro cruzaron los dedos en la segunda parte del juramento.
Raquel Pavón de Ocampo

jueves, 20 de octubre de 2011

TALLER "RASTROS Y HUELLAS"

LAS TEROTAÑAS SON MUY AMABLES COMUNMENTE, PERO NI BIEN NACEN LOS TEROTAÑITOS SE PONEN AGRESIVAS CON LAS LANCHURRIAS QUE LOS VIENEN A VISITAR.




PASEO

CAMINO RECORRIDO
VEGETACIÓN QUE CUBRE Y
DEJA ASOMAR COLORES Y AROMAS DEL PASADO.
SONIDOS ENMUDECIDOS,
HUELLAS DOMÉSTICAS EN RUINAS Y UNOS CARTELES GUÍAN.
MUROS GIGANTES QUE PROTEGEN LA HISTORIA
REGANDO CON SEMILLAS EL SUELO QUE ATESTIGUA.
FRESCURA Y HUMEDAD
Y MAS ADELANTE
UN CLARO DÍA DE SOL.

Cristina Andén

TALLER "RASTROS Y HUELLAS"

El origen del mundo

En el principio de los tiempos había muchas cosas en el mundo.

Había estrellas y cielos por arriba y había tierra y plantas por abajo.

Pero faltaban cosas fundamentales, faltaban piedras, agua, viento, sonidos, música, personas.

Todo era muy muy quieto, faltaban sentimientos.

Y en ese paisaje de quietud y belleza, sobresalía a lo lejos, en la pampa donde hoy está el lago, solito y bien parado, la florcita de un panadero que, como no había viento, nunca desperdigaba sus estambres.

Pasaba por allí distraídamente el único ejemplar de Perezoso que quedaba en la región. Le dio fiaca y se sentó junto a la no sombra del panadero, lo miró y se tentó de soplarlo. Hay que estar bien sentado para escuchar lo que pasó…..tremendo…cada estambre fue a parar al mundo dando miles de cosas nuevas de las que hoy disfrutamos. Se sabe que cada estambre era como una varita mágica que otorgaba poder a cada elemento que tocaba: apareció el agua, el fuego y el aire; con ello el movimiento y las sombras; los destellos y los colores más estridentes…aromas y sensaciones….

No se sabe cuanto tiempo demoró.

Cuando un estambre creó a las personas, fue muy vibrante porque las hizo con corazón…y eso lo cambió todo.

La quietud de antaño desapareció y el mundo se llenó de alma.

Analía Sanchez

miércoles, 19 de octubre de 2011

TALLER "RASTROS Y HUELLAS"

En este bosque hay una música

Ella inunda cada rincón.

-¿Cómo llegó hasta acá?- preguntó una muchacha.

-No lo sabemos pero siempre está- respondieron al unísono los guías de uniforme.

Se dice que la música no tiene un sitio específico así que debe haber permanecido aquí y sin deseos de irse.

Casi sin que alguien notara su presencia se fue abriendo paso; esquivó la sombra de dos pataguas que se entrelazaban ardientemente con un maqui y se adelantó al grupo que seguía la marcha.

A pesar de su reducida estatura su presencia era imponente, aunque los demás parecían ignorarlo.

- Aquí hubo fiestas y bailes; de cumpleaños más que otra cosa, pero también de compromisos, aniversarios, uuf – comentó el recién llegado.

- Sobre todo hubo música, música y más música – insistió.

La caravana prosiguió su marcha ya sin su compañía.

En sus oídos siguieron sonando para siempre, melodías de las más variadas; las que cada uno quisiera imaginar, recreando aquellas reuniones familiares.

Lucio César.

Para encontrarse

Ahora los ciruelos y luego será el chín-chín. Ellos perfuman y abruman; la retama perfuma y ahuyenta.

Todo se combina y se encuentra con el hedor del agua que golpea incesantemente la piedra.

El lugar de ese encuentro y de los nuestros, siempre es la orilla.

Lucio César.

martes, 18 de octubre de 2011

TALLER "RASTROS Y HUELLAS"

Belleza

Oculta

Siempre

Que

Uno

Elija

(… a un costado la ladera del Currumahuida, totalmente cubierta por cipreses autóctonos, como no suele verse en muchas partes…)

QUÉ, CÓMO ES, QUÉ HACE, CÓMO, DÓNDE, POR QUÉ

El cipresal extenso y tupido, agarrándose de las rocas del cerro con sus raíces como uñas, para sobrevivir.

En este bosque hay…(recorrido por el pitranto)

Sumergirse en la naturaleza: el bosque es su mejor representación. Recuerdo haber hecho un par de veces este recorrido, hace años. Es una zona pantanosa a nivel del lago; su humedad es el resultado de las periódicas crecidas o tal vez del estancamiento de algún arroyito que no llega a desembocar en la costa. Por lo tanto se ha convertido en el ambiente predilecto de pitras y arrayanes (entre otras especies vegetales). No se nota a simple vista la presencia de animales, salvo algunos pájaros en lo alto de las ramas. Seguramente hay otros bichos de pequeñas dimensiones, camuflados entre la vegetación. La tranquilidad y el silencio son casi totales. Nada más acertado como su nombre: el bosque de las sombras.

César María César

lunes, 17 de octubre de 2011

TALLER "RASTROS Y HUELLAS"

Antiguos Pobladores

En este bosque hay alguien que mira

y está mirando lo oscuro

y también lo verde dentro de las hojas.

Hay sonidos, pisadas.

Un teléfono que suena en la lluvia, alguien que grita.

Hay un espíritu mudo en la mañana

y hay quien camina sobre el estiércol escribiendo.

Una casa que está ausente

(por qué son tan misteriosas las cosas conocidas?)

Y hay algo del pasado que los abriga

de la belleza y del frío

a los antiguos pobladores de los narcisos.

Adriana Berro

Cosmogonía

En el principio no había principio.

En el principio era el Aire. Sólo el Aire.

Y el Aire era un pájaro que dormía a la sombra de una piedra enorme y oscura.

Y esa piedra enorme y oscura era Dios.

Y el pájaro (que no era muy grande) era también aire.

El aire se expandía con un movimiento de plumas mientras el pájaro dormía.

Y de tanto crecer el pájaro se animó a entrar y a salir

De lo que todavía era Nada.

Y Entrar y Salir fueron como una puerta que se abría y se cerraba.

Y así la puerta fue la respiración.

Cada vez que el Aire respiraba el pájaro se expandía y la respiración era el corazón del pájaro.

Aire y pájaro vivían todavía a la sombra de Dios.

Hasta que tanto respiró el pájaro

y tanto por la puerta entraba y salía el aire

que empezaron a entrar y salir otras cosas, al principio de a poco

con mucha suavidad

y después con un agitar de plumas grises y también de colores

entraron y salieron todas las otras cosas: los planetas,

los soles, las galaxias, las horas, los años , las plantas,

los hombres y las mujeres

las plumas, los pelos

las mareas, el agua y el fuego

y el hielo ( porque sin hielo no hay agua).

Y todos los seres y no seres entraban y salían cada vez que el Aire pájaro respiraba. Y por su naturaleza eran Dios…

Y Dios era la puerta y también la roca oscura donde el Pájaro se apoyaba.

Adriana Berro

Encuentro con la naturaleza y con uno mismo.

En este bosque hay un encuentro con uno mismo y con la naturaleza. Se puede sentir cómo el aire puro y fresco entra a través de nuestra nariz, y circula hasta llegar y llenar nuestros pulmones.

Escuchar el canto de las aves es música para mis oídos.

A medida que avanzo mis pisadas van haciendo ruido y dejando huellas en el camino.

Está lleno de árboles y arbustos, se puede ver el rastro que dejó el otoño con las hojas de los arces de color marrón en el sendero, en las arboledas desnudas. También el que dejó el invierno con las montañas nevadas, y el acercamiento previo de la primavera con algunas flores como los gladiolos.

Encontramos una semilla, un renuevo, el caminar por este sitio me hace renacer, renovarme como los árboles que están a mi alrededor.

Al observar los helechos, grandes, es como si uno viajara en el tiempo a la era jurásica.

En este edén se puede descubrir una paz interior que seguramente no sabíamos que teníamos. Es un alejamiento de la sociedad y la civilización, un paraíso, para contemplar, guardar en nuestra memoria y en nuestro corazón y sobre todo para cuidar.

Laura César 16 de Septiembre de 2011

Metaposa

Avanzaba despacio, después de salir de ese objeto blanco, fui directo a comer una rica hoja. Los otros insectos, me miraban mal y raro. Se los escuchaba susurrar:- Mira que feas, son muy feas las orugas-. Sin embargo a mí no me importaba porque yo esperaba ansioso a la metaposa.

Cuando sentí que llegaba el momento me quede quieta y me envolví en mi crisálida, y esperé.

Luego de un tiempo me transforme en un hermoso ser, que dependiendo de la especie, tal vez aunque sea por un día, maravillaré al mundo con mi belleza.

Laura César 30 de septiembre de 2011


viernes, 23 de septiembre de 2011

Para dibujar la palabra crepúsculo
mezclar arroyo y perro que ladra
últimos pájaros y primera estrella
pequeña luna y sánguche de queso
raspón y cansado
después
(rana más
rana menos)
canta el silencio
Juan Lima
(del libro “Loro hablando solo”, Editorial Comunicarte, Nov. 2011)

Ph: Amancay Mansilla

viernes, 16 de septiembre de 2011

Noticias


ocurrió en un obraje de Pampa Bandera jurisdicción de

Quitilipi

Chaco Argentina Sudamérica un hachero

envejecido en el duro trabajo del monte de casi 70 años

llamado Idelfonso Godoy

falleció en el obraje solo y sin familia

según pudo saberse sus vecinos hacheros como él

pobres como él se reunieron para darle el último adiós

alguien

lo hizo enterrar en el cementerio de Villa El Palmar envuelto

en papeles

a escasos 20 centímetros de profundidad

para Ildefonso Godoy que gastó su vida en el monte

volteando árboles

no hubo cuatro tablas para un cajón

el hombre que la madera hizo penar sudar

no tuvo dos palos para una cruz

cuando se mueren en las minas de yodo

por fin consiguen máscaras de yodo

el hachero Ildefonso Godoy

no tuvo cuatro tablas para un cajón.


Juan Gelman

viernes, 9 de septiembre de 2011

Aplastamiento de las gotas

Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.

Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.

Julio Cortázar. En: Material Plástico

DANTESCO

No con palabras, con mejor acero

si el juicio en el camino no tropieza.
 
Era el mejor día de primavera
después de haber tomado refugio
en la casa de Patricia
descansado comido y bebido
emprendí el regreso
Patricia me acompañaría
hasta mitad de camino
ella me guiaba
era un campo abierto y brillante
en plena tarde
cuando nos despedimos
frente al tanque de agua
al final
de la hilera de árboles
ella dijo
-qué hermoso
el camino que nos separa-
le pedí que me indicara
una dirección
(valiente bramachari 
con una remera de cielo
y un bolso cruzado
-debe ser por allá-
y señaló una tranquera
imposible no verla
una tranquera blanca
abierta
justo en la línea del horizonte
un horizonte alto
y curvo
que hacía notar
la redondez de la tierra
la abracé dos veces
y la vi desaparecer
ni bien pegó la vuelta
empecé a caminar
liviana
presa de un profundo bienestar
cuando llegué a la tranquera
la luz me pareció extraña
y tan fabulosa
que creía estar mareada
árboles sin hojas
a los costados de la entrada
hermosos árboles
eran los guardianes
y yo quedé en ese instante
por completo enamorada
decía ahhhhh, ahhhh
no podía dejar de exclamar
de suspirar
ante esos árboles
(la luz ponía de un leve amarillo
los troncos gris blanquecino)
frente a la puerta dudé
¿es cruzando esta puerta
ese lugar?
porque el que acababa de pasar
no podía ser más lindo
la inclinación de los árboles
me dio a entender
que del otro lado
era todavía mejor
crucé
fui entrando de a poco
a ese campo sembrado
verde brillante el pasto
completamente parejo
el cielo celeste y el sol
no podría explicar con palabras
lo que yo sentía
en ese lugar
caminaba
olvidada de mi cuerpo
como si estuviera
hecha de espacio
y a la vez conciente
de la gran belleza
y de que había algo
que no era normal
se me ocurrió mirar al sol
(éramos el pasto el cielo
el sol y yo)
y vi nada menos
que el sol
que no es con puntas
como se lo dibuja
es absolutamente redondo
y todo luz
podía diferenciar
el sol de sus rayos
rayos de luz
que se expandían
por todo el aire
cuando llegué al alambrado 
comprendí
que comenzaba el descenso
crucé el alambre
y todo era naturaleza
piedras tierra
yuyos de distinto tipo
era bello pero ya no celestial
cierta semilla de temor
aparecía en mi
mientras bajaba
con el sol
un águila mora
fue el primer ser que vi
planeaba en círculos
por encima mío
me asustaba un poco
su cercanía
su vuelo rasante y su canto
y me di cuenta
que no se puede decir con letras
el canto de un pájaro
si quisiera escribirlo acá
no podría
tomé el ritmo de ese canto
para caminar
una liebre salió corriendo
cuando pasé por al lado
una liebre de ese dorado oscuro
del que suelen ser las liebres
(no sabía que eran tan grandes
las liebres)
mientras bajaba
cierto temor me acompañaba
crucé un campo
de plantas secas
caídas
sobre la tierra
caminaba esquivándolas
como a cadáveres
que eran
sabía
que no tenía
nada que temer
pero estaba tensa
exageradamente alerta
y comprendí
que el camino estaba marcado
solo debía seguirlo
con gran comodidad
aparecieron los chimangos
más abajo las palomas
y ya casi se oía
el ladrido de los perros
de mi pueblo
siguiendo ese camino
que extrañamente aparecía ante mi
llegué al arroyo
crucé el arroyo
por una hilera de piedras
allí dispuesta
una piedra muy grande
por la que tenía que pasar
era como una cabeza calva
con pasto como pelos
en forma de corona
me pareció la cabeza del Dante
o de mi abuelo Pascual
Pascual Ian amico
el amigo de juan
(sin duda Boccaccio)
me reencontré con el arroyo
como con un hermano
era en la orilla
una plataforma de piedras
me imaginé un lugar
para oficiar ceremonias
ahí hice pis
di media vuelta y crucé otro alambrado
el sol justo se ponía
y yo entraba a mi aldea.

Roberta Ianamico

lunes, 15 de agosto de 2011

TALLER DE ESCRITURA EN EL PARQUE NACIONAL LAGO PUELO

Taller de Escritura: “Rastros y Huellas”

Durante el mes de septiembre se desarrollará en el Parque Nacional Lago Puelo el Taller de Escritura: “Rastros y Huellas: un espacio para el registro escrito de nuestro andar por el bosque”.

La propuesta surge de la Biblioteca del Servicio Forestal Andino de El Bolsón que desde hace unos años viene desarrollando actividades de lectura y escritura en escuelas, centros de salud y otros espacios comunitarios, con el objetivo de hacer acercamientos al bosque desde los libros y la palabra. Por su parte el Parque Nacional Lago Puelo desarrolla múltiples actividades con la misma iniciativa: acercar a las personas al área natural protegida para el disfrute y para la sensibilización acerca de la importancia de su cuidado y conservación. Siempre pensando en nuevas estrategias de comunicación, realizamos cursos, talleres, actividades culturales, concursos, muestras, caminatas guiadas, etc.

El taller se propone invitar a la reflexión sobre nuestras prácticas en relación al bosque, animar a los diversos modos de percepción y descripción del entorno, descubrir la dimensión afectiva de las personas hacia la naturaleza, desdibujar la división “personas-naturaleza”, desarrollar los recursos expresivos a través de la palabra y dar lugar al juego y a la imaginación como herramientas para resolver situaciones.

Los encuentros se realizarán los viernes 9, 16, 23 y 30 de Septiembre, de 11 a 12,30, en la Intendencia del Parque Nacional Lago Puelo, están dirigidos a jóvenes y adultos y son gratuitos.

Hay un cupo de 15 personas por lo que es necesario inscribirse con anterioridad.

Para informes e inscripción, comunicarse con Analía o Paula del PNLP: Tel 499-064; o con María del SFA: Tel 492 355 Correo electrónico: sfandino@elbolson.com