miércoles, 26 de octubre de 2011

TALLER "RASTROS Y HUELLAS"

Cosmogonía
Primero fue Agua, señora amable casi siempre y deseosa de ocupar todo espacio vacío.
Después vino Viento, móvil e inestable.
Agua tuvo con quien jugar y crearon sonidos.
Un día Viento le contó a Agua, cuando ya eran casi amigos, que no era infinita. Debajo y después de ella estaba Tierra. Tierra era callada, lenta, poco dada a juegos, casi invisible de puro abundante.
Llegó el día en que discutieron. Agua se retiró, Tierra se secó y Viento decidió que un susto arreglaría las cosas: envió un rayo que provocó Fuego.
Ese recién llegado los asustó. Tenía un gran poder y parecía difícil de controlar.
Decidieron hacer un frente común y hablar con Fuego.
Hicieron un pacto: tendrían partes iguales de poder y se comprometían a no usarlo cuando tuvieran diferencias.
Los cuatro cruzaron los dedos en la segunda parte del juramento.
Raquel Pavón de Ocampo

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