miércoles, 19 de octubre de 2011

TALLER "RASTROS Y HUELLAS"

En este bosque hay una música

Ella inunda cada rincón.

-¿Cómo llegó hasta acá?- preguntó una muchacha.

-No lo sabemos pero siempre está- respondieron al unísono los guías de uniforme.

Se dice que la música no tiene un sitio específico así que debe haber permanecido aquí y sin deseos de irse.

Casi sin que alguien notara su presencia se fue abriendo paso; esquivó la sombra de dos pataguas que se entrelazaban ardientemente con un maqui y se adelantó al grupo que seguía la marcha.

A pesar de su reducida estatura su presencia era imponente, aunque los demás parecían ignorarlo.

- Aquí hubo fiestas y bailes; de cumpleaños más que otra cosa, pero también de compromisos, aniversarios, uuf – comentó el recién llegado.

- Sobre todo hubo música, música y más música – insistió.

La caravana prosiguió su marcha ya sin su compañía.

En sus oídos siguieron sonando para siempre, melodías de las más variadas; las que cada uno quisiera imaginar, recreando aquellas reuniones familiares.

Lucio César.

Para encontrarse

Ahora los ciruelos y luego será el chín-chín. Ellos perfuman y abruman; la retama perfuma y ahuyenta.

Todo se combina y se encuentra con el hedor del agua que golpea incesantemente la piedra.

El lugar de ese encuentro y de los nuestros, siempre es la orilla.

Lucio César.

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